Noticias | 31 marzo, 2020
Naturaleza, sociedad y pandemia
-Investigador CISEPA-
A estas alturas es casi un lugar común decir que la naturaleza y la sociedad están inextricablemente entrelazadas. Nótese, sin embargo, que sostener esto presupone la existencia de la naturaleza y de la sociedad, y que es posible distinguir una de otra. Esto último es poco útil para entender los mundos en los que estamos viviendo. Y esto es así porque la dicotomía naturaleza-sociedad ha sido fundamental para la coemergencia de la ciencia y la política como esferas separadas, y con estas de los estados-nación, el segundo colonialismo europeo, el racismo, el capitalismo, procesos todos constituyentes de lo que se suele llamar modernidad. En su núcleo esta dicotomía construye una radical diferenciación entre lo humano y lo no-humano, como si fueran esferas claramente diferentes. Esta diferenciación está íntimamente ligada a que desde el s XVIII, cada vez más poblaciones humanas vengan interviniendo radicalmente sus ambientes en escalas sin precedentes en nuestra presencia como especie. Paradójicamente, “la mansión de las libertades modernas se erige sobre un siempre creciente uso de combustibles fósiles” (Chakrabarty 2009). Y estamos viendo cada vez más claramente cómo estas relaciones son insostenibles.
Existen varias propuestas analíticas de evitar esta dicotomía, como los ofrecidos por los estudios de Ciencia, Tecnología y Sociedad (De la Cadena et al. 2015), las antropologías de ontologías (Kohn 2015) o las etnografías multiespecie (Kirksey y Helmreich 2010). La investigación etnográfica de contextos concretos es iluminadora de las complejas redes en las que personas, animales, plantas y cosas se constituyen mutuamente. Cualquier ser humano, por ejemplo, es un nodo de una red particular que incluye a muchos otros seres humanos, pero también necesariamente a otros organismos dentro y fuera de él y a una serie de cosas sin las cuales esta persona no sería quien es o simplemente no existiría. Desde este punto de vista un agente es un proceso de un conjunto relaciones en el que puede ocasionar cambios, más allá que tenga o no intenciones, sea un ser humano o un virus.
Un ejemplo de este tipo de aproximación es la etnografía de Lyle Fearnley (2015) de criadores de gansos salvajes y científicos que investigaban el origen de un virus de gripe aviar en el lago Poyang, en Jiangxi, China. Por obvias razones, no disponemos aun trabajos similares para el caso del coronavirus que produce Covid-19, pero varios antropólogos e historiadores han proveído información relevante que es coherente con el análisis de Fearnley.
Los primeros casos de Covid-19 apuntan al mercado de Huanan, en Wuhan, China. Este es uno de los llamados ‘mercados mojados’ que surgieron en las últimas décadas y que se caracterizan por la comercialización de carne de una gran variedad de animales salvajes, muchos de los cuales son sacrificados en el mismo lugar. Las descripciones de estos mercados en los medios europeos o norteamericanos subrayan un exotismo estéticamente inaceptable encapsulado, por ejemplo, en las listas de animales en venta: “cachorros vivos de lobo, cigarras doradas, escorpiones, ratas de bambú, ardillas, zorros, civetas, erizos (probablemente puercoespines), salamandras, tortugas y cocodrilos” (Boseley 2020). Así, estos mercados son presentados como “versiones caóticas de bazares orientales, áreas sin leyes donde animales que no deberían ser comidos son vendidos como comida, y donde lo que no debería mezclarse esta junto” (Lynteris y Fearnley 2020). Tal como Mary Douglas (1973) explicó hace mucho, este tipo de descripción busca causar rechazo al quebrar nociones occidentales de limpieza y orden, y asocian el peligro de la pandemia a una otredad exótica china. Este tipo de discurso orientalista forma parte de un conjunto de discursos racistas más amplios que incluye notablemente a políticos estadounidenses que activamente buscan asociar el virus a China y los chinos, y que ha provocado una epidemia de discriminación de chinos y de personas de ascendencia asiática notablemente en EEUU (Aratani 2020).
Más productivo que reproducir discursos racistas es entender cómo surgieron estos mercados en los que debido a la cercana y continua interacción entre múltiples animales, tanto criados como capturados, son contextos propicios para que virus que se encuentran en otras especies se tornen transmisibles entre seres humanos.
A partir de 1978 las grandes granjas colectivas de China rural empezaron a ser distribuidas a nivel familiar. En los 1990s la tenencia de la tierra dio un giro cuando China promovió las economías de escala, consolidando grandes empresas agropecuarias. Muchos hogares rurales fueron empujados a contratos desventajosos de modo que las empresas terminaron quedándose con sus tierras o eran excluidas del mercado. Algunos de estos hogares encontraron en la crianza de animales salvajes, cuya carne tenían altos costos, un ingreso seguro en contextos muy adversos. De este modo surgieron estos mercados que si bien tienen redes de abastecimiento informales, no escapan a la regulación municipal a nivel local (Lynteris y Fearnley 2020). Estos mercados crecieron sostenidamente debido a la emergencia de una clase media-alta en China entusiasta consumidora de carnes exóticas. Ante la escasez de ciertas especies debido a su caza indiscriminada o la destrucción de sus hábitats, muchos hogares se dedicaron a criarlas enjauladas, como los criadores de gansos del lago Poyang que describe Fearnley (2015). Otra parte esta demanda encontró suministro a través de la importación ilegal. Este es el caso de pangolín proveniente de Vietnam y Myanmar, y la más reciente importación de pangolín africano (Liu 2020).
Ante presiones desde múltiples flancos y como parte de una campaña para contrarrestar las críticas por el origen y el manejo de los inicios de la pandemia, el pasado 24 de marzo, China prohibió permanentemente el comercio y consumo de animales salvajes, un sector económico valorizado en 74 mil millones de dólares (Woodward 2020). Esta prohibición afectará dramáticamente patrones de consumo de formas insospechadas y potencialmente peligrosas para la salud pública. Dado el gran número de productores, comerciantes y consumidores involucrados, es muy probable que la prohibición provoque la emergencia de un mercado negro incontrolable y mucho más riesgoso (Lynteris y Fearnley 2020; Giles-Vernick 2020).
Pero el problema es mucho más amplio que solamente estos mercados chinos. Debe notarse que la red que permitió la emergencia de esta cepa de coronarivus en Wuhan fue construida en íntima relación con la expansión capitalista en China. Esta última explica tanto la caza indiscriminada de animales salvajes, la destrucción de sus hábitats, la necesidad de familias rurales de encontrar nuevas fuentes de ingresos y la creciente demanda de carnes exóticas por las clases pudientes chinas. La rápida transformación del Covid-19 en una pandemia también muestra claramente cuan interdependientes y conectadas están las poblaciones humanas contemporáneas y cuánto de esto está relacionado a patrones de transporte y comercio global, y sus desigualdades asociadas. Estamos frente a una pandemia sin precedentes que acompaña a una expansión sin precedentes del capitalismo (Liu 2020).
Es claro que más allá de este ser un proceso esencialmente chino, una mirada a la historia de las epidemias muestra cómo estas toman un patrón peculiar a lo largo del desarrollo del capitalismo. Este, al incrementar la densidad de poblaciones humanas y de animales domésticos, incrementando su interacción permanente, al tiempo de destruir hábitats de especies previamente aisladas de grandes poblaciones humanas ha provocado recurrentemente epidemias de escalas cada vez más grandes. Es debido a este patrón que los contextos de riesgo de nuevas epidemias por virus de origen animal se encuentran principalmente en contextos de cría industrial de animales. Las condiciones de hacinamiento viables solo a través de uso de antibióticos, hormonas entre otra infraestructura altamente especializada crean condiciones ideales para nuevas enfermedades, como fue el caso de la gripe H1N1, algo que ya había sido repetidamente advertido por especialistas en salud pública (Shapiro 2020; Wallace 2016).
En el caso de la pandemia actual, debe también quedar claro que procesos como el acaparamiento de tierras y la consiguiente expulsión de pequeños productores del mercado, la colonización, explotación, y consecuentemente destrucción, de hábitats de especies no domésticas, así como su cría y comercialización pobremente regulada no son exclusividad de China. Para no ir lejos, la minería de oro, la tala ilegal, el comercio ilegal y la cría de animales salvajes, el monocultivo de palma aceitera son actividades florecientes en América Latina (Luna 2018; El Comercio 2019; Sierrra 2019; Dammert 2015; La Opinión 2014). La combinación de estos procesos de expansión del capitalismo articulados con redes globales de demanda por materias primas ofrece contextos propicios para la emergencia de nuevas enfermedades zoonóticas. Un panorama más o menos similar ocurre en África (Giles-Vernick 2020)
Como si esto no fuera suficiente, el cada vez más intensivo uso de combustibles fósiles como fuente de energía de los medios de transporte fundamentales para la interconexión global – que justamente han contribuido a hacer del Covid-19 una pandemia – va de la mano un proceso de extracción del carbono enterrado en el subsuelo y su trasformación en gases de efecto invernadero, que aceleran el cambio climático. De esta forma, ningún espacio del planeta, por más salvaje que sea, escapa a las redes desencadenadas por las economías de combustibles fósiles.
Paradójicamente, los intentos de quebrar las formas de propagación del virus asociados a las prohibiciones de vuelos y las cuarentenas en que se encuentran las poblaciones de muchos países, no solo han provocado una brusca paralización de la economía global y los anuncios de una fuerte recesión, sino también una brusca reducción de las emisiones de CO2. La crisis humanitaria provocada por este coronavirus está aliviando en algo la crisis climática en la que estamos embarcados. Ambas están íntimamente relacionadas con formas de expansión del capitalismo que se tornan cada vez más riesgosas para las redes de reproducción de los humanos más vulnerables: aquellos cuyo trabajo termina garantizando poco más que la reproducción de su fuerza de trabajo. Son justamente quienes viven al día y que se encuentran en gran medida excluidos de los beneficios de la interconexiones globales, los que más difícilmente pueden “quedarse en casa”, terminando ellos y sus familias más expuestos al virus. Tanto el Covid-19 como el cambio climático están íntimamente relacionadas a la continua expansión del capitalismo, y ambos también nos muestran claramente cuán limitado es asumir la naturaleza y la sociedad como ámbitos existentes, y no solo abstracciones, para entender nuestros mundos contemporáneos.
Referencias
Aratani, Lauren. 2020. “‘Coughing While Asian’: Living in Fear as Racism Feeds off Coronavirus Panic”. The Guardian, el 24 de marzo de 2020, sec. World news. https://www.theguardian.com/world/2020/mar/24/coronavirus-us-asian-americans-racism.
Boseley, Sarah. 2020. “Calls for Global Ban on Wild Animal Markets amid Coronavirus Outbreak”. The Guardian, el 24 de enero de 2020, sec. World news. https://www.theguardian.com/science/2020/jan/24/calls-for-global-ban-wild-animal-markets-amid-coronavirus-outbreak.
Chakrabarty, Dipesh. 2009. “The Climate of History: Four Theses”. Critical Inquiry 35 (2): 197–222.
Dammert, Juan Luis. 2015. Hacia una Ecología Política de la Palma Aceitera en el Perú | Oxfam en Perú. Lima: Oxfam.
De la Cadena, Marisol, Marianne E. Lien, Casper Bruun Jensen, Tess Lea, Atsuro Morita, Heather Anne Swanson, Gro B. Ween, Paige West, y Margaret J. Wiener. 2015. “Anthropology and STS: Generative interfaces, multiple locations”. HAU: Journal of Ethnographic Theory 5 (1): 437–475. https://doi.org/10.14318/hau5.1.020.
Douglas, Mary. 1973. Pureza y peligro: un análisis de los conceptos de contaminación y tabú. México: Siglo XXI.
El Comercio. 2019. “El comercio ilegal de animales, un creciente y cruel mercado negro en América”. El Comercio, el 2 de octubre de 2019. https://www.elcomercio.com/tendencias/comercio-animales-mercado-negro-america.html.
Fearnley, Lyle. 2015. “Wild Goose Chase: The Displacement of Influenza Research in the Fields of Poyang Lake, China”. Cultural Anthropology 30 (1): 12–35. https://doi.org/10.14506/ca30.1.03.
Giles-Vernick, Tamara. 2020. “Should Wild Meat Markets Be Shut Down?” Somatosphere (blog). el 6 de marzo de 2020. http://somatosphere.net/forumpost/wild-meat-markets/.
Kirksey, S. Eben, y Stefan Helmreich. 2010. “The Emergence of Multispecies Ethnography”. Cultural Anthropology 25 (4): 545–76.
Kohn, Eduardo. 2015. “Anthropology of Ontologies”. Annual Review of Anthropology 44 (1): 311–27.
La Opinión. 2014. “Nicaragua exporta animales exóticos”. La Opinión, junio. https://laopinion.com/2014/06/22/nicaragua-exporta-animales-exoticos/.
Liu, Andrew. 2020. “‘Chinese Virus,’ World Market”. N+1 (blog). el 20 de marzo de 2020. https://nplusonemag.com/online-only/online-only/chinese-virus-world-market/.
Luna, Nelly. 2018. “Madera Sucia. Los últimos árboles de la Amazonía”. Ojo Público, el 30 de septiembre de 2018. https://ojo-publico.com/especiales/madera-sucia.
Lynteris, Christos, y Lyle Fearnley. 2020. “Why Shutting down Chinese ‘Wet Markets’ Could Be a Terrible Mistake”. The Conversation. el 31 de enero de 2020. http://theconversation.com/why-shutting-down-chinese-wet-markets-could-be-a-terrible-mistake-130625.
Shapiro, Paul. 2020. “One Root Cause of Pandemics Few People Think About”. Scientific American Blog Network (blog). el 24 de marzo de 2020. https://blogs.scientificamerican.com/observations/one-root-cause-of-pandemics-few-people-think-about/.
Sierrra, Yvette. 2019. “Minería ilegal: la peor devastación en la historia de la Amazonía”. Mongabay Environmental News. el 17 de enero de 2019. https://es.mongabay.com/2019/01/mapa-mineria-ilegal-amazonia/.
Wallace, Rob. 2016. Big Farms Make Big Flu: Dispatches on Influenza, Agribusiness, and the Nature of Science. NYU Press.
Woodward, Aylin. 2020. “China just banned the trade and consumption of wild animals”. Business Insider. el 25 de marzo de 2020. https://www.businessinsider.com/china-bans-wildlife-trade-consumption-coronavirus-2020-2.