Noticias | 30 julio, 2025

La urgencia del presente

Fuente de la imagen: Juan Javier Salazar, Perú, país del mañana (proyecto para hacer un mural cuando tenga el dinero, mañana), 2006. Acrílico sobre panel de madera, 732 × 360 cm. Colección Miguel Alonso Cordero.

Escrito por Carmen Ilizarbe
Investigadora CISEPA
En Perú, país del mañana (proyecto para hacer un mural cuando tenga el dinero, mañana) Juan Javier Salazar nos confronta con el profundo desencanto que genera la sucesión histórica de proyectos políticos incumplidos, a lo largo de nuestra vida republicana. El lema mal escrito que encabeza la obra –habitual en los discursos de los candidatos presidenciales— choca con el escudo nacional y se reduce a la palabra “mañana” en boca de cada presidente militar y civil incluido en el recuento. Todos los gobernantes postergan el proyecto de país, quebrando sus promesas y también la esperanza y la confianza de la ciudadanía a la que dicen representar.

Traigo a colación esta punzante obra, precisamente un 28 de julio y al iniciar el tercer siglo de vida republicana, porque en estos días de rituales y ceremonias que conmemoran la fundación de la república nos encontramos en una situación verdaderamente crítica en el plano político, documentada por diversos analistas y estudiosos, a nivel internacional. El presente ha cobrado una urgencia que debemos enfrentar con los recursos e impulsos que también hemos podido construir, como sociedad.

Y aunque visiblemente primen la desarticulación y el repliegue ciudadano, también parece haber conciencia de la gravedad, y quizás hasta sentido de la urgencia, en la sociedad. Las encuestas de opinión lo registran en las cifras de desaprobación del gobierno (Ejecutivo y Congreso) cercanas al 100%. También en la percepción mayoritaria de que los gobernantes representan intereses privados y no el bien público. Y en el 85% que desconfía de la idoneidad del proceso electoral en el que se elegirá un nuevo gobierno nacional, o en el 88% insatisfecho con la democracia (presumiblemente con esta democracia). En un registro distinto documentado en miles de videos circulando por las redes, las fiestas populares del Perú expresan la opinión colectiva de numerosos pueblos y ciudades. En las danzas, personajes y cantos festivos se evalúa públicamente a los gobernantes. Y este 28 de julio, como en los dos años pasados, para mucha gente la conmemoración no será celebratoria sino de duelo público por la impunidad frente a crímenes de Estado que impulsa, lamentablemente, este gobierno.

La desafección y hasta enfrentamiento entre gobernantes y gobernados es pues muy visible, y uno de los indicadores más preocupantes en esta crisis. A mi modo de ver, la relación entre gobernantes y gobernados puede ser de muy distinto tipo, pero siempre define el carácter del sistema político. Por eso, el sueño republicano apuntaba a transformar la forma de gobierno y también el tipo de vínculo que se establecería entre miembros de una comunidad política amplia de la que emergerían los gobernantes. Al inicio del tercer siglo de vida de la república corresponde hacernos cargo de la forma que adoptan estos vínculos (y las instituciones que los afirman) para reconstruir el sueño colectivo de un país para sus ciudadanos. ¿Qué procesos, espacios y articulaciones podemos impulsar colectivamente, en esa dirección? ¿Qué espacios, más allá del plano electoral y los liderazgos partidarios, podemos identificar? Es fundamental asumir la urgencia que tiene el presente, en un escenario también crítico a nivel global. Para la sociedad en su conjunto, y no sólo para el Estado, el gobierno o los políticos.
Escuela de Investigadores