Noticias | 9 agosto, 2024

El investigador Omar Coronel reflexiona en torno al contexto sociopolítico de Venezuela tras las elecciones nacionales de aquel país.

Nuestro investigador CISEPA, Omar Coronel, realizó un análisis con respecto al panorama general de la política en Venezuela tras las recientes elecciones presidenciales de aquel país. 

De acuerdo con el investigador, para comprender la coyuntura convulsionada por la que se encuentra atravesando Venezuela, es necesario verlo desde dos momentos diferentes: “un primer momento que es la campaña hacia esta elección del 2024 y, en segundo lugar, la situación post-elección / post-fraude en Venezuela”. Y es que el contexto tanto nacional como internacional se vio marcado por una serie de situaciones que encaminaron hacia lo que se está viviendo hoy en día en este país. 

Si bien el desenlace de las elecciones presidenciales en Venezuela han sido un duro golpe para la comunidad, sí han representado un cambio que podría significar el inicio del fin. Según Coronel, estas elecciones se presentan como una estructura de oportunidades políticas capaz de producir cambios, según la teoría de acción colectiva contenciosa. Y es que esta ventana se abrió tras las conversaciones bilaterales entre Estados Unidos y Venezuela como resultado del acuerdo de Barbados, que insta al régimen a organizar una competencia electoral mucho más legítima, abierta y libre. Esta situación generó que la oposición política se involucre dentro de las reglas del juego y así legitimar su participación y resaltar los tintes antidemocráticos del régimen ante el mundo. En palabras del profesor Omar: “Esta vez María Corina Machado entendió una cosa que las ciencias sociales, [particularmente la ciencia política], venía advirtiendo hace muchos años, que en casos del autoritarismo como el venezolano es importante aprovechar las oportunidades institucionales que da el mismo régimen para poder erosionarlo desde sus propias reglas del juego”. 

La respuesta de la oposición es muy sintomática, ya que Venezuela tiene una historia de más de 20 años con actores políticos fragmentados y muy radicalizados que apostaban por soluciones más corrosivas y perjudiciales para la democracia como boicots o golpes de Estado. “Esta vez la oposición venezolana se unificó y además se organizó de una manera espectacular para poder sobrellevar las dificultades que ponía el régimen”. Este cambio no solo se expresó en la campaña electoral, sino que también visibilizó una luz para la población venezolana: “una gran esperanza movilizadora como no había ocurrido antes en estas más de dos décadas, 25 años del régimen chavista”. Este punto es importante, ya que para nuestro investigador “la esperanza en teoría de acción colectiva es súper importante porque la gente se moviliza cuando ve que realmente hay una posibilidad y el hecho de el acuerdo de Barbados, la organización y unidad de la oposición generó la fuerza que trajo la candidatura y el liderazgo de María Corina Machado acompañando a Edmundo González; generó una esperanza que fue una fuerza movilizadora muy importante”.

A raíz de tal nivel de esperanza, fue posible notar grandes esfuerzos, por parte de la población, por recuperar Venezuela. Esta fuerza movilizadora fue capaz de convocar a más de 90 mil vigilantes de estaciones de votos y más de 600 mil voluntarios en todo el país. Esto a pesar de este segundo momento, post-fraude electoral, y la capacidad represiva del régimen, tanto formal como informal, en donde es posible encontrar desde agentes de la guardia nacional, la policía nacional, el servicio de inteligencia, el SEBIN, la dirección militar hasta colectivos y las bandas criminales. Incluso, “es la primera vez que masivamente la protesta más fuerte viene de Caracas, de los barrios del Petare y de Catía — que son los barrios más populares y antiguas bases del chavismo —; es más, se habla incluso de un petarazo”. Y es que, según el investigador, son “los sectores populares quienes ahora han comenzado a nutrir las protestas, y creo que eso es bastante novedoso. Hasta ahora hay más de 22 asesinados, más de mil detenidos, más de un centenar de heridos solamente el 29 y el 30 de julio; ha habido 564 eventos de protesta contra el fraude, 119 de estas protestas han sido reprimidas violentamente por los colectivos… A pesar de todo eso, el sábado 3 ha habido una movilización muy grande apoyando las elecciones y la defensa del derecho al voto”. De este modo, Omar Coronel finaliza diciendo que “estamos hablando de una dictadura muy sangrienta y, sin embargo, como nos enseñaron las revoluciones de colores en Europa del Este en Serbia, en Georgia, en Ucrania, un fraude tan escandaloso y una oposición unificada y organizada pueden generar suficientes expectativas de éxito para movilizar masivamente”. 
Escuela de Investigadores