Participación tóxica: comunidades, política, poder científico y contaminación
Este proyecto analiza cómo las consecuencias tóxicas de la extracción minera han reconfigurado las topografías locales y han implantado nuevas estructuras y significados en torno a la justicia ambiental, y a la movilización de las comunidades que viven en las áreas contaminadas.
A partir del estudio etnográfico longitudinal en la provincia de Espinar, en la región Cusco, la investigación explica cómo el manejo de la incertidumbre por parte de la empresa y del Gobierno frente a la contaminación de suelos y aguas transformó el sentido de movilización de los habitantes y sus capacidades para limpiar o, al menos, mejorar su entorno.
El argumento principal plantea que las conexiones locales y globales, y el apoyo transnacional todavía abren oportunidades para una convocatoria local significativa. Esto, a pesar de la incertidumbre y ambigüedad en el manejo de la contaminación ambiental que debilita la cohesión social y divide las posiciones de los habitantes con respecto a la acción colectiva y política.
Si bien las comunidades pueden adoptar con renuencia los conflictos tóxicos con formas de movilización poco intensas y fragmentadas, son persistentes para negociar algún tipo de compensación parcial por parte de la empresa y del Estado. Esta forma de conflicto refuerza la dependencia de la mina y la fragmentación interna de la comunidad.