Gobernanza indígena en contextos de economías ilícitas: el caso de las comunidades ashaninkas del VRAEM
En los últimos años, en el Perú, el cultivo de coca se ha expandido hacia territorios habitados por pueblos indígenas, con un aumento de 22 % entre los años 2016 y 2017. La mayor concentración se registra en los pueblos ashaninkas ubicados en el VRAEM (UNODC, 2018, pp. 78-79).
Tras el pronunciamiento, en noviembre del 2019, de algunos jefes de las confederaciones ashaninkas en contra de la expansión del narcotráfico y de los cultivos de coca en sus territorios (Lo, 2018), el Gobierno Central, a través de DEVIDA, inició por primera vez la erradicación de cultivos en el VRAEM. Este proceso evidenció una serie de tensiones al interior de las comunidades, así como entre estas y los colonos cocaleros organizados, principalmente porque algunos pobladores indígenas sostenían que no habían sido consultados por sus jefes respecto del ingreso a sus territorios y la erradicación, y afirmaban que con esta medida arriesgaban el acceso a una serie de servicios básicos (Grisaffi et al., 2020).
En este contexto, el objetivo del proyecto es analizar el impacto de la expansión de la frontera cocalera y la respuesta estatal en cuanto a la política indígena; asimismo, el acceso de las comunidades ashaninkas a medios de vida articulados directa o indirectamente a la economía de producción de la hoja de coca en el VRAEM.