Noticias | 8 marzo, 2023
La Histórica Participación de las Mujeres Campesinas Indígenas en Protestas Políticas
Foto: Diario La República (10/02/2023)Por Mercedes Crisóstomo
- INVESTIGADORA GICO -
Este artículo es una adaptación y versión resumida que se basa en el post titulado “Peruvian women’s participación in constested politics remains active”, publicado en el blog London School of Economics para el Centro para América Latina y el Caribe (LACC). Ver la versión original en: https://blogs.lse.ac.uk/latamcaribbean/2023/02/20/peruvian-womens-participation-in-contested-politics-remains-active/ Igualmente, agradezco la traducción del artículo a María Clara Montoya.
El 4 de febrero de 2023, Aida Aroni Chilcce, mujer quechuahablante oriunda del distrito de Huancapi (Ayacucho) pero desplazada en Lima por el conflicto armado interno (1980-2000), junto a miles de otros manifestantes, salió a las calles para protestar contra el gobierno autoritario de Dina Boluarte. En un vídeo de la manifestación se puede ver que, antes de su detención, Aida ondeaba una bandera peruana y utilizaba un megáfono para protestar contra el gobierno de Boluarte (Ampuero, La República, 2023). Después de dos días de encarcelamiento arbitrario, la policía la puso en libertad. Fuera de la comisaría, en una entrevista con un periodista, Aida, hablando en quechua dijo “Yo no ando cargando una piedra, no me pongo del lado del vandalismo, sólo llevo mi bandera roja y blanca” (Benavides, Sputnik América Latina, 2023). Las protestas en las que participa Aída comenzaron tras la destitución y detención del ex presidente Pedro Castillo, maestro rural y sindicalista, quien inconstitucionalmente “disolvió” el Congreso y proclamó un gobierno de excepción. Boluarte, su vicepresidenta, lo remplazó (Coronel, Aljazeera, 2023)
La participación de otras mujeres como Aida en protestas y movilizaciones sociales es histórica en el Perú. Por ejemplo, en julio de 1961, cientos de campesinos de la provincia de La Convención viajaron a la ciudad de Cuzco para protestar por las opresivas condiciones de trabajo en las haciendas. Cuando llegaron a la plaza de armas de la ciudad, las tropas militares les rodearon y les apuntaron con sus armas. Un campesino huyó asustado, dejando atrás una bandera peruana. Carmela Giraldo, dirigente campesina quechuahablante, sindicalista y comunista, se envolvió en la bandera. Liderando a otras manifestantes, confrontó a las tropas y les hizo soltar las armas, lo que permitió a los participantes continuar su marcha hasta la prefectura. En la década de 1960, Carmela y otras mujeres como ella, junto a destacados sindicalistas, se movilizaron para reclamar una reforma agraria, justicia y educación (Crisóstomo, 2023).
Antes de Carmela y Aida, a principios del siglo XX, María de la Paz Chanini, Nicasia Yabar y Rosalia Larico también participaron en política convirtiéndose en “mensajeras indígenas”. Como tales, viajaron desde las comunidades rurales de Puno hasta Lima para presentar peticiones formales al Estado. A pesar de su analfabetismo y su escaso dominio del español, ya que hablaban principalmente aymara y quechua, formularon sus demandas al gobierno nacional (Castillo, 2009). María, Nicasia y Rosalía denunciaron el reclutamiento militar forzado de hombres, los abusos de las autoridades locales y la usurpación de sus tierras (Castillo, 2009).
La participación de Carmela, Aída, María, Nicasia y Rosalía en protestas y movimientos sociales no solo muestra que las mujeres, en general y las mujeres campesinas e indígenas, en particular, han protestado a lo largo de la historia contra su exclusión y opresión, demandando además justicia social. Ellas han participado en política asumiendo sus roles tradicionales de género y también marchando, hablando y organizando movilizaciones contra lo que percibieron como un orden social injusto (Crisóstomo, 2023). Parafraseando al politólogo Sidney Tarrow (1997), estas mujeres han hablado, también, a través de sus acciones. Al hacer esto, mujeres como Carmela y Aida han contribuido a la construcción de la democracia ampliando las nociones de política y “practicándola”. Ellas han ampliado el significado de la política dándole (o devolviéndole) la noción de colectividad. Las experiencias de Carmela Giraldo y de las mujeres mensajeras indígenas sugieren que ellas se movilizaron porque representaban a sus comunidades y organizaciones rurales y a su propia indignación. Además, el hecho de que fueran y sean, capaces de protestar hablando en quechua o aymara, de encabezar marchas o de confrontar la arbitrariedad del ejército y la policía, desafía abiertamente la discriminación histórica de los pueblos indígenas en la política y coloca su etnicidad en el centro de la escena política.
Pese a que planteo que mujeres como Carmela, María o Aida, al “hablar a través de sus acciones”, han ampliado la noción de democracia y política, así como sucedió en el pasado, en el presente, por hacer eso, experimentan represión y violencia policial y militar, persecución judicial y a acusaciones de terrorismo. Pero a diferencia del pasado, de cuando es difícil o incluso imposible encontrar registros de la participación de las mujeres campesinas e indígenas en movimientos sociales, en la actualidad, el acceso a la tecnología y a Internet nos permite ser testigos, en tiempo real, de las múltiples formas en que las mujeres campesinas e indígenas se enfrentan a la violencia, el racismo y la discriminación cuando hacen política y participan en protestas sociales. La represión y la violencia que sufren estas mujeres a manos de la policía y el ejército nos permiten intuir, además, la magnitud de la violencia que han sufrido los campesinos y campesinas a lo largo de la historia mientras exigían la devolución de sus tierras usurpadas, y también mientras reclamaban derechos, educación y la presencia del Estado.
Desde hace tres meses, Aida y otras mujeres y hombres como ella, junto con miles de estudiantes, sindicalistas y activistas, ocupan las calles y plazas principales de Perú expresando su indignación contra la brutalidad de la policía y el ejército, el autoritarismo del gobierno y el Parlamento. Exigen nuevas elecciones y esperan a alguien que gobierne para proporcionar justicia social, igualdad, redistribución e inclusión a todos los peruanos y peruanas y no solo a unos pocos privilegiados. Que la conmemoración del Día Internacional de la Mujer sea ocasión, también, para seguir visibilizando las múltiples formas en las que las mujeres campesinas e indígenas como Aida, Carmela, María, Nicasia y Rosalia han contribuido y contribuyen a la política y a la construcción de la democracia en el Perú.